Pues ya tocaba hablar de uno de los bares más típicos, conocidos y emblemáticos de Alicante: El Damasol.
Un bar de los de siempre, a las faldas del mercado central y que después de tantísimos años sigue estando en la cresta de la ola. El hecho de estar, como he dicho, pegado al mercado, creo que ha sido muy importante a lo largo de su dilatada trayectoria para ofrecer un producto fresco y de excelente calidad. Es de esos bares que todo alicantino conoce. El Castillo, la Explanada, Luceros, Canalejas...y el Damasol. Una tarde de toros posterior a una comida en el Damasol, un almuerzo en toda regla después de un día de trabajo para los comerciantes de la zona, un tapeo rápido, un almuerzo consistente... Y, actualmente, situado en pleno meollo del tardeo alicantino, quién no ha parado alguna vez en este bar??? Nadie. Actualmente, la gente ya no queda en el mercado; queda en el Damasol.
Regentado por Pepe y familia desde hace ya innumerables años ha conseguido establecerse como un lugar de referencia y elevado a los altares para los del buen comer alicantino. Un bar de dimensiones reducidas pero que aporta una cocina completa. De hecho, ya hace años tuvieron que ampliar el negocio montando otro local a apenas veinte metros, más grande y que permite el desahogo del primero en parte. Aún así, dos locales llenos permanentemente algo dice de lo que allí se cuece.
el artífice de esto |
Lo que nos ofrece es mucho y variado. Conserva el espíritu de bar-cervecería sin olvidarse de otras elaboraciones o conceptos más complejos. Puestos a destacar, muchas cosas. El marisco siempre fresco es una de sus señas de identidad permanentes, famosas son en la ciudad sus gambas con gabardina con esa salsa fina que sólo ellos preparan, variedad en tapas, sus montaditos, el de solomillo con foie espectacular, a mí es el que más me gusta, pero ya digo que la variedad es grande. Y por no hablar de sus arroces. Sencillamente espectaculares. Lo que le pidas. Y lo más importante, una calidad excelente acompañada de un precio más que asequible para lo que comes allí. Y digo yo que algo tendrá que todo el mundo lo conoce.
Muchas han sido las veces que hemos parado por allí y la verdad nunca habíamos escrito nada. Hemos comido y tapeado en ambos y siempre ha sido punto de referencia para los veredianos. Hemos parado allí previo a otro lugar...

Previo a celebración de cumpleaños...
Y fue con motivo de la fiestas de la ciudad cuando se fraguó la idea de, como todos los años, hacer un día grande de Hogueras que este año consistía en aperitivo en el mercadillo de paseo Soto, mascletá, comida en Damasol, tardeo alicantino y lo que el cuerpo aguantase para empalmar ya directamente con la barraca por la noche. Día grande.
Ya digo que previamente habíamos quedado en formar parte de la fiesta a modo de "aperitivistas premascletá" y así comenzamos en la zona de Soto cerveceando previo al espectáculo de sonido diario. Fuimos asistiendo en cuentagotas hasta contar con un número de veredianos considerable, aunque algun@s aparecerían directamente por el bar. Buen espectáculo de sonido, con algún que otro fallo, que por otra parte un noruego ni se enteraría, amenizado con buenas tapas y bebida. Calor sofocante.
Para comer, Germán se había erigido en el representante legal de Vereda, que bien se le da por cierto, y concretó un menú cerrado. Jugando a lo seguro, sin estridencias, con fundamento y seguro de que íbamos a salir por la puerta grande. Como digo lo básico, para acertar con todos los comensales. Unas entradas con ensaladilla, croquetas, gambas con gabardina, merluza rebozada, marisquito hervido, calamares, unas ensaladas de salazones, y, para culminar, un arroz meloso. Cerveza y vino hasta decir basta y cafés. Completito y como he dicho para satisfacer a todos. Sí señor, por la puerta grande, orejas y rabo.
Decir que todo como es habitual estaba de diez. Los rebozados, que suelen ser en muchos casos pesados estaban suaves al igual que las salsas. Pero como plato del día y mención especial, no sólo para mí, sino para todos los veredianos, el arroz. IM-PRE-SIO-NAN-TE. De los mejores arroces que he comido en mi vida y no exagero. Una auténtica pena que fueran muchas las entradas y el arroz entrase ya casi a la fuerza. Algunas veces sueño con él...
Tres auténticos cacerolones de un arroz con un poso espectacular, con una base de pescado para chuparse los dedos. No voy a entrar en la discrepancia terminológica del arroz, de si era más caldoso que meloso... a al revés. No merece la pena...lo llevaré siempre en mi corazón...Del postre ni acordarse uno que, sinceramente, creo que nos pasamos un poco engullendo.
Lo que vino después pues lo de siempre...
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Comida más que disendida que, a pesar del calor, se llevó bastante mejor de lo que esperamos, y es que juntar a tanta gente es difícil. Por supuesto, dentro no cabíamos. Tuvieron que acoplarnos en la terraza.
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un clásico...ni el madrid-barça |
Tras los cafés, pasado el calor inicial y reposado el meloset, un poquito de tardeo que ya tocaba...
Y para fin de fiesta, vuelta a casa para empalmar con la barraquita...pa morirse...la virgennnnn. Y la verdad es que el ritmo no bajó, eso sí acompañado de unos tentempiés de tequila que nunca vienen mal.
Día más completo que el cine Ideal cuando se estrenó Grease..aunque ninguno de vosotros estábais. Yo tampoco....me lo han contado jajaja. Risas, anécdotas y buen rollo como siempre y también como siempre alrededor de un mantel que tenemos un saque que no veas.
Un gustazo de dia que se consolida año a año en Hogueras, que esperemos perpetúe en el tiempo. Por mi parte, y no me cansaré nunca de decirlo, fue un auténtico placer. Sois la pera limonera.
By Joe.
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