De esos viernes que nadie te espera en casa ni tienes alguien con quien comer hay muchos y en este caso se dio la circunstancia de que ambas cosas ocurrieron para algunos de nosotros.
Después de una mañana machacando hierros sin parar, Germán desde su retiro espiritual-deportivo en el gym que le vio crecer, no tenía bastante con su coctail de anabolizantes y proteinas tras su machaque matutino, que sugirió tomar unas cervezas a mediodia. Yo por mi parte, que ya había gripao la cinta donde empecé a primera hora a kilometrear en mi gym, acepté el guante lanzado y quedamos en que nos veríamos más tarde. Juan, fuera de Alicante deleitaba con sus slalom a todos los presentes en la estación de Sierra Nevada, y por tanto no podía asistir. Antonio, que se encontraba en Valencia enfangado con sus quehaceres laborales, raudo y veloz, arregló el asunto para venirse antes y estar a eso de las dos y media en Alicante.
Así que decidimos tomar un cubico en Andalusian bar y ya decidir donde hacíamos la picaeta. Pensamos en varios sitios y finalmente nos decantamos por el Llinares de Rabasa. Cerca de casa para no marear mucho el asunto. Un bar que nos gusta y que siempre que hemos ido nos ha tratado de maravilla. Llamándose José el dueño y siendo calvo, ambos detalles propios del que escribe, no podría ser de otro modo. De hecho, no sabemos cuanto tiempo seguirá estando en su actual ubicación ya que está de obras con su nuevo local y el traslado parece inminente, por cierto, a cinco minutos andando de casa....genial.
Después de la visita obligada al otro José, gerente de Andalusian bar, icono de los cubos de cerveza con esas bravas, oreja, michirones.....que acompaña, y tomar unos quintos, nos fuimos al bar elegido.
En esta ocasión el bar no estaba lleno, cosa rara, porque en otras ocasiones hemos tenido que reservar. José nos cuenta que está teniendo problemas logísticos con su nuevo local, lógico siempre que entramos en esas cuestiones relacionadas con la construcción, pero que el proyecto va adelante y la próxima ya tendremos que ir al nuevo sitio.
Para comer, nada complicado. Una picaeta sencilla, con unas quisquillas frescas, unas navajas muy frescas también, ensalada de capellanes, calamar, hueva rebozada y unos lomos de atún. Verdejo para acompañar. Unos postres variados y café. Ya digo, algo sencillo pero como siempre buenísimo. De precio aceptable.



Tras la comida, en la cual descubrimos, al menos yo que sólo me queda conocer el origen de los agujeros negros, ojo!!! del espacio, tras la clase magistral de Antonio sobre vectores, aproximaciones, altitudes, etc...nos retiramos al Cies para el correspondiente aliviao digestivo.
Y vuelta a empezar con recogidas infantiles, entrenamientos y demás. Algunos se dieron cita en portal 4 para ultimar flecos y detalles. No tenéis fin.
Un placer como siempre.
By Joe
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