Llegado el 31 de diciembre toca ya cerrar año. Hacer balance de lo que ha dado de sí el que queda y afrontar con energía y optimismo el que comienza. A título particular, un año sencillamente espectacular. Salud de sobra, dinero el necesario, trabajo más del que quisiera, familia a tope y ganas de vivir infinitas. Y como todos los años, toca celebrarlo, que ya nos tocará llorar algún día...
Por supuesto, celebrar la nochevieja sin mi familia verediana, no es celebrarla, así que, como todos los años comenzamos a planear qué íbamos a hacer. Sobre la mesa dos opciones. Este año desestimamos hacer cena-guateque-urbanización. Nadie tenía ganas de enfrascarse en cenas y preparativos y posteriores recogidas. Una de ellas era la de cena-cotillón en Mauro Sensai. A priori, con muy buena pinta en cuanto a menú y posterior cotillón. La otra opción era la de comida-tardeo y posterior recogida de los vástagos para comer las uvas. Pues como en la viña del señor, y dependiendo de las circunstancias particulares de cada uno, se fue eligiendo una opción u otra. Yo me acordé mucho de los que no estuvieron conmigo y estoy seguro que ellos de mí también, con lo que al final parece que estábamos todos juntos y en armonía. Los Muñoz, Cuesta y los Marqueses optaron por la opción noche.
El resto nos apuntamos a la comida-tardeo. A la hora de elegir el sitio donde comeríamos, varias opciones pero para no fallar y jugar a caballo ganador, elegimos Gema Penalva. Algunos ya habíamos estado allí y la verdad es un sitio muy acogedor y familiar donde además se come de maravilla. Además ese día preparaban un menú bastante completito y bien de precio. Reserva para trece al canto y pos supuesto al lado de la cocina, aunque a alguno no le guste el olor, jajaja. Se unió a la fiesta el hermanísimo de Marta y su simpatiquísima novia, que creo estuvieron a gusto en todo momento con nosotros, a pesar de ser una fauna peligrosa.
Así que el plan era, visita obligada a Damasol, campanadas australianas en Mulligans, comida en Gema Penalva y festival hasta donde se llegase.
Gabardineamos un Damasol hasta que fuimos llegando todos. El ambiente era el de un tardeo de siempre. A lo mejor, dentro de veinte años pasa lo mismo que con Papa Noel, el black friday, o incluso terminaremos comiendo el pavo el día de acción de gracias, y finalmente es una moda nueva eso de comerse las uvas a la australiana. Pero a día de hoy pues no. La verdad, daba igual. No era ese el motivo de la reunión. A los veredianos dales unas cervezas, un mantel y una botella de ron y son capaces de crear por sí solos la tormenta perfecta. Unas risas, la cámara asesina que empezaba a moverse, cervezas y al restaurante.
Os muestro el menú que elegimos, con la opción de bebida hasta el amanecer.
Gema Penalva se caracteriza por tener una carta donde predominan los productos de la tierra, unidos a una forma de trabajarlos y presentarlos muy original. Las cocas, el pulpo, el pan con all i oli, los callos, las bravas....repito muy de aquí pero con elaboraciones más complejas. Sin olvidarse de sus carnes, carrilladas, y como no, para un golosón como yo, sus postres, para mí sencillamente espectaculares. Ella en la cocina y Javi al tanto de todo lo que pasa fuera hacen tandem perfecto. Trato exquisito, servicial en todo momento y simpatiquísimos.
Todos los platos iban al centro de la mesa y la verdad es que las raciones fueron muy generosas. Los platos, como he dicho antes, con esa mezcla de sencillez y elaboración a la vez. Un vino decentillo, y cervezas, vermouts y sangría sin fin. Por poner un pero, unas olivicas con las cervezas no hubieran venido mal. Eso sí, una vez comenzado el primer plato el ritmo fue perfecto y constante. Más gente de lo habitual en la cocina, además de Gema, y el aforo a media entrada empleando un símil futbolero. Os muestro las fotos de lo que comimos.
ensalada de langostinos crujientes |
hogaza de pan con tomate y alli oli |
patatas de río con salsa brava |
pulpo braseado con habitas |
huevo a baja temperatura con queso mahón |
El trikitrake con salazones |
Solomillo con patatas |
surtido de postres |
el culpable de todo lo que pasó a partir de aquí |
Como veis, el menú era muy básico pero con un toquecillo que lo hacía diferente. Como dije antes, sobró mucha comida y de sabor todo estaba buenísimo. A mí me gusta mucho su coca de salazones que además es como muy alicantino. El pulpo braseado con habas también estaba espectacular. Y muy original el huevo con queso mahón con ese punto de sobrasada en las patatas que también está muy rico. El vino muy decente para ser todo incluido. Y por supuesto los postres. El de brownie con helado de chocolate para un mestre chocolater como yo está de vicio, y el mascarpone con choco también. Me relamo. Hay muchos platos verdaderamente que merece la pena probar así que os invito a que volváis a repetir. No llevo comisión. De hecho, hay uno que a Germán y a mí nos gusta sobremanera y es la tosta de foie caramelizado. Aunque no estaba en el menú pedimos una ración para que la probaran los que no la habían probado y que Javi gentilmente no incluyó en la cuenta.
Al grito de Lafont de "el fuagras está exquisito" siguió la risa generalizada entre los presentes incluso de Gema que comenzaría a darse cuenta de qué gente estábamos en su restaurante.
En fin, que comida muy bien, trato excelente, muy agustito por donde lo mires, compañía inmejorable y vino....mucho vino.
Bueno y corto ya que al final voy a tener que pasar censura. Fiesta y desparrame como siempre. Muy buena tarde y en condiciones nada aceptables y muy poco recomendables para pasar una noche de fin de año con tus padres o suegros, todos al redil que ya estaba bien.
Como no, me acuerdo de aquellos que por circunstancias no pudieron estar con nosotros. Los Casquero por tierras salmantinas que también tienen derecho por allí a disfrutar de esta maravillosa gente que son. Los Ansótegui, a los que el año que viene prometo obligarles a que no falten. Los Mauros que lo pasaron genial también y que estuvieron presentes en todas y cada una de las copas que nos tomamos.
Lo dicho, un noche de fin de año que no fue noche pero si fin. Fin de un año que nos deja y comienzo de otro que viene. Brindo por todos vosotros, por lo que sois y por lo que me hacéis sentir. Como dice una señorita que conozco bien, por todos los que estuvieron presentes, los ausentes y en definitiva por todos vosotros porque A TODOS OS LLEVO EN MI CORAZON.
FELIZ AÑO NUEVO Y QUE EL 2016 SEA UNA CAÑA DE ESPAÑA....Y OLE
By Joe.