Apareció un domingo soleado ideal para hacer cosas como ver la tele, dormir la siesta, comer chocolate, etc....perdón para salir con la familia o con amigos y pasar un rato agradable. Las obligaciones laborales de ese día lo permitían así que unos guasap y a funcionar.
En principio, íbamos Germán, Antonio, David y el que escribe con las correspondientes camadas. Pronto las Navarro comienzan a organizar el cotarro y sin unanimidad por supuesto que para eso son las que mandan (os quiero) deciden quedada patinadora por la playa y posterior comida cerca. Finalmente, patines y bicis en urbanova y posterior comida en El Capricho de Raquel, el sitio que nadie conocía hasta que fueron los prínicipes. Ofrecían un menú completito aunque pelín caro y decidimos probarlo. Juan en esta ocasión no nos podía acompañar ya que tenía compromisos familiares pues le había visitado tiger cuesta woods, su hermano..fueron el día siguiente que también era festivo.
Lo dicho, quedada en el parque y todos preparados para el deporte menos Piluca y Mariglobos que eso de los patines como que no....las Navarro de Versace que como dice Maite hasta para patinar hay que ir como dios manda y una no se sienta en un restaurante de trapillo...antes muerta que sencilla.
Paseito por el paseo de la playa muy agradable y finalmente nos vamos al restaurante. Dos mesas, una para los adultos y otra para los cahorros. Hay buen ambiente en el bar y es cierto que últimamente ha mejorado mucho con la gran reforma que hicieron unida a la implicación de los hijos que han potenciado el bar hacia fuera ensalzando sus arroces, su bodega, y sobre todo lo que a nosotros nos interesa sus yintonics que hasta han ganado concursos internacionales.
El menú consta de platos muy elaborados y bien presentados con una ensaladilla muy peculiar, unas tostas con turrón que a mí particularmente me encantaron, una piruleta de gambas también muy buena y no se qué más. Cierto es que a cada plato que sacaban no surgió un ohhhh de los comensales pero estaba todo muy bueno. En el tema de vinos muy bien pues tomamos los que quisimos y tenían. Además Ansótegui es también de paladar fino como mis compadres con lo que la bodega fue buena.
El plato estrella...arroz. A ver como lo digo. Le enseñaron el caldo pero poco más. Muy bien de sabor pero sueltecico de más. Vamos que con cuidado que los dentistas cobran una pasta. Con los empastes sufriendo lo indecible terminamos con la sensación de que este plato era infinitamente mejorable y así se lo hacemos saber al hijo del dueño...vamos el que preparaba los yintonics. Una disculpa del cocinero, pero nada de que la casa paga una copa. En fin, un día malo lo tiene cualquiera.
Y la sobremesa. Solicitamos que el artista del yintonics nos prepare unos de esos y cierto es que el chaval se lució....espectaculá..eso sí a ocho euracos. After lunch placentero y para casa que hay que hacer deberes.
La sensación que nos quedó fue un poquito agridulce aunque en honor a la verdad yo he estado otras veces y he comido muy bien.
Como siempre un honor y un placer dsisfrutar de vuestra compañía Antonio, Germán, David, Ester, Pilar, Maite y Belén.
By joe.