domingo, 29 de septiembre de 2013

MENU CLANDESTINO EN ALICANTE

SEPTIEMBRE/13

 Llevaba Germán algún tiempo dando la brasa con un sitio nuevo de reciente inauguración a finales del verano pasado. De nombre La Clandestina. De hecho ya había intentado reservar mesa en otra ocasión  y no fue posible.

El encanto del sitio o lo que se le quiera llamar venía del hecho de que íbamos a comer en un sitio que no sabíamos donde estaba. Sólo conocíamos una dirección de correo electrónico y a través de ella había que reservar cita. Para más inri, el restaurante era la vivienda familiar del cocinero y así como suena te daba de comer en su propia casa. A priori todo pintaba bien tanto por el misterio que rodeaba al asunto como a la nueva fórmula de restauración que íbamos a descubrir.

Dicho y hecho, ajustamos las agendas y concretamos  para  ir un día entre  semana  a comer. Germán manda el correo solicitando mesa  para cuatro para  ese día y recibe confirmación de reserva. En ese instante le dice donde está su casa que en definitiva es a donde nos tenemos que dirigir. Por supuesto no os vais a enterar de nuestra boca donde es. Sólo deciros que es en  Alicante.

El menú cerrado...20 euros bebida, café y postre con maridaje de vinos. Lo dicho, tres platos de autor más el postre. Previamente nos pide confirmemos si hay algún vegetariano porque hay un menú para estos de lo verde.

El día señalado nos dirigimos al sitio los cuatro con un nerviosillo interno ante lo que nos vamos a encontrar. Aparcamos cerca de la zona y buscamos el número y ya estamos. Fácil. Tocamos el timbre de una casa con tres plantas y amablemente decimos que somos los que somos y que aquí estamos. Adelante, pasad....subid las escaleras primera planta. Nada más entrar ford fiesta a la izquierda aparcado en el garaje de la vivienda. Con una L de novato. Unas bicis y los bultos propios de un trastero ordenado. Como el de Antonio vamos...Subimos y nos espera en la primera planta un señor de nombre Joaquín que derrocha amabilidad, cortesía y simpatía...bueno pues ese es el cocinero y esa es su casa.

 La planta es toda diáfana con dos mesas largas donde no caben más de diez personas y un pequeño balcón que da  a un patio interior. Nos explica de qué va esto y que nos pongamos cómodos como si fuera nuestra casa. Nos sentamos en unos sillones rojos mientras nos saca unas cervezas con unos frutos secos antes de empezar a comer. Hoy estamos solos. Poco tarda Germán en entablar conversación y para que os digo....pasó a llamarse Chimo y colega de toda la vida. Es a partir de ahí cuando nos habla de muchas cosas, de su curriculum en restauración, de esta  nueva fórmula, de lo que vamos a comer, de lo humano, de lo divino...ahora que pienso de lo único que no se habló fue de padel.

Nos sentamos a la mesa y a cada plato nos marida con un vino explicándonos el porqué del plato, el paraqué, su vino, y bueno ya que metemos baza nos cuenta de todo. De primer plato nos ofrece un sorbete de calabacín con zanahoria a la nosequé espectacular. De segundo una ensalada con frutos secos y queso de cabra..luego os pondré el menú exacto que no me acuerdo ya. Estos platos los marida con un sauvignon australiano...........amigo y aquí entran mis tres compañeros de paladar fino a  hablar de texturas como diría Germán, olores y sabores. Juan saca sus raíces manchegas a  relucir y poco menos se descalza y se pone a pisar uva. Yo me dejo llevar. En definitiva, tenemos la sensación de que Chimo se lo ha currao. De plato principal nos saca un arroz negro con pimiento rojo y huevo sencillamente espectacular. Esto lo marida con cava......ahhhhhh ya tenemos un problema. Antonio eso de comer con cava como que no pero aguantamos el chaparrón. De postre unos cubos de chocolate negro y blanco rellenos de mandarina y melocotón vuelvo a repetir espectaculares....Tomamos café. Copas no. De todos modos, nos dice Chimo que no tengamos prisa en irnos que aquí no hay segundos  turnos ni nada de eso.

Sobremesa superrelajada de tertulia con él y su ayudante que sale de la  cocina para saludarnos. Hablamos de lo divino lo humano y lo de más allá despidiéndonos y abandonando su casa ya entrada la tarde.

En definitiva, merece la pena primero por lo que te ofrece que es de primera calidad y currao, segundo porque no tienes la sensación de haber comido en un restaurante sino en la casa de un colega, bien de precio, y por último porque ese halo de misterio mola que te cagas. Visitadlo.

Como siempre un placer de compartir estos momentos con mis amigos.
























By joe.